Entre gasolinazos y ofensiva imperialista
Doctora Josefina Morales / Investigadora titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y secretaria de la Sociedad de Economía Política y Pensamiento Crítico de América Latina, y colaboradora voluntaria de Frecuencia Laboral
En la séptima semana del año, quinto año de
Peña Nieto, cuarta semana del neofascista gobierno de Estados Unidos,
destacaron tres temas que afectan a los trabajadores mexicanos: el
incremento de la deuda externa e interna, pública y privada, federal y
estatal; los problemas de la administración pública que reporta la
auditoría de la federación; y la ofensiva desbocada contra los
trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
La descomposición del sistema político está
tocando fondo. Así lo exhibe la dramática debilidad y sumisión del
gobierno de Peña Nieto a Donald Trump, el rechazo público a los
gasolinazos y a los partidos políticos tradicionales; la crisis de
derechos humanos que la desaparición de los 43 estudiantes de la normal
rural de Ayotzinapa resume dramáticamente y el crecimiento de la
economía criminal y la guerra contra el narcotráfico violenta; la crisis
de las finanzas públicas de las entidades que registraron hace poco
elecciones y cuyos gobiernos encuentran no sólo arcas vacías, sino
deudas acumuladas y fraudes millonarios de los gobernadores anteriores.
La deuda pública ha crecido enormemente en
los últimos cuatro años de este gobierno. Según los datos dela
Secretaría de Hacienda en diciembre de 2016 la deuda pública (interna y
externa) alcanza cerca del 50% del PIB, más de 500 000 millones de
dólares y la privada externa más del 13%, por lo que nos acercamos a una
deuda cercana al 65% del PIB.En números comprensibles, podemos decir
que los trabajadores mexicanos cargamos una deuda de superior a los 12
000 dólares.
Y la deuda hay que pagarla, por lo que ha
crecido la parte de los ingresos públicos que se destina a la deuda y es
la justificación para los ajustes del presupuesto y para los
gasolinazos. Ajustes que significan topes salariales, despido de miles
de trabajadores del sector público, contracción del gasto en salud y
educación, entre otros.
La deuda de los hogares también ha crecido y
se lleva parte significativa de los ingresos de las familias: hipotecas,
préstamos de nómina, tarjetas de crédito. Estas últimas elevando las
tasas de interés en los últimos meses que ya superan el 60% anual.
La deuda de los estados, monumento a la
corrupción, se ha convertido en los últimos meses en una grave crisis
financiera y política en Veracruz, Chihuahua, Sonora y Quintana Roo, que
ha llevado a denuncias contra los ex gobernadores y altos funcionarios
locales por fraude y mal manejo de los recursos públicos, sin encontrar
justicia. Quintana Roo registra la deuda por habitante más alta, 14 946
pesos; entre 12 000 y 13 000 pesos están Coahuila, Nuevo León y
Chihuahua; y entre 8 000 y 5 000 pesos por habitante se registran a
Sonora, Ciudad de México, Veracruz, Baja California y Nayarit.
El Informe de la Auditoría de la Federación
de 2015 señala el inconcebible problema del subejercicio presupuestal,
inconsistencia entre los resultados esperados y obtenidos,
discrecionalidad en la toma de decisiones y vulnerabilidad de las
finanzas públicas, falta de comprobantes del gasto, transferencia de
recursos a otra cuentas bancarias. Destacan los problemas en las obras
de infraestructura y obras públicas; en las contrataciones entre
dependencias e instituciones del sector público, insuficiente
transparencia en la gestión de recursos, entre otros. En las
observaciones a los estados que no se han atendido, destacan, por su
monto, las de Veracruz, Michoacán, México y Jalisco.
La ofensiva imperialista neofascita continúa
con el acoso y la represión a los trabajadores mexicanos migrantes en
Estados Unidos que encuentra respuesta en la resistencia de los
mexicanos sin papeles en ese país. La ofensiva militarizará la frontera y
es urgente un repudio nacional e internacional.
Los trabajadores en México debemos defender
los derechos civiles y laborales de nuestros compatriotas que son uno de
los ejes de la defensa de la soberanía nacional.
El próximo 18 de enero rechazemos el
gasolinazo, exijamos la cancelación de la reforma energética que ha
traicionado la gesta histórica de la expropiación petrolera de 1938 que
recuperó los recursos petroleros para la nación, eje del desarrollo
nacional; y convoquemos a la defensa de la soberanía nacional frente a
la ofensiva imperialista.
Preparemos la jornada internacional del
trabajo para el 1 de mayo contra el neoliberalismo, en defensa de los
derechos de los trabajadores mexicanos en nuestro país, de los
trabajadores mexicanos indocumentados en Estados Unidos y de los
trabajadores en Nuestra América.