domingo, 5 de marzo de 2017

De EU a Canadá Huyendo de Trump

Después del triunfo de Donald Trump se desató una oleada de migración de Estados Unidos a Canadá, integrada sobre todo por ciudadanos de naciones musulmanas que temen lo peor si se quedan en el primer país. Las leyes canadienses –efectivamente pensadas para proteger a los desplazados– han facilitado el fenómeno. Hasta el momento, los mexicanos no han engrosado las filas de esta oleada.
5 marzo 2017 | Jaime Porras Ferreyra | Proceso
MONTREAL, CANADÁ (Apro).- El poblado quebequense de Hemmingford (a 70 kilómetros de Montreal) comparte con Mooers, Nueva York, un camino llamado Roxham. Una zanja poco profunda, una pequeña reja oxidada y un par de letreros fungen como los únicos elementos que indican el límite entre Estados Unidos y Canadá. Desde hace algunos meses, cientos de personas —un número considerablemente mayor al promedio— han ingresado ilegalmente a este último país a través de esta ruta.

Son las nueve de la mañana del miércoles 1. Dos patrullas de la Policía Montada de Canadá se encuentran estacionadas a pocos metros de la zanja entre Hemmingford y Mooers. De repente, un taxi se detiene del lado estadounidense de la frontera. Una mujer desciende del vehículo acompañada de tres niños. Agentes de migración de Estados Unidos llegan inmediatamente y le piden los pasaportes. Verifican que madre e hijos se encuentren en el país de manera legal. Luego del control migratorio, la mujer camina con sus pequeños mientras maniobra para sujetar, al mismo tiempo, sus pocas pertenencias. Agentes de la Policía Montada de Canadá le advierten que, si continúa, será detenida por ingresar ilegalmente al país. Responde que está consciente de la situación y que proviene de Sudán. Los agentes toman a los niños de la mano e informan a la madre que está oficialmente detenida, leyéndole enseguida sus derechos. Todo ha salido para ella de acuerdo con lo previsto.

"La gente ha cruzado aquí desde hace años, aunque no en un número tan grande como desde hace unas semanas”, comenta a Proceso Pierre Sigouin, cuya casa está a unos 200 metros de la línea divisoria. Sigouin es un profesor jubilado con 20 años de residencia en Hemmingford. "Antes veíamos a individuos caminando por las calles con sus maletas. Ahora es distinto. La policía los detiene en cuanto ponen pie en Canadá”, agrega. Dice también que él y sus vecinos no se preocupan por la seguridad a raíz de esta actividad creciente en la frontera. Están al tanto de que esa gente sólo busca sentirse a salvo.

PIDEN REFUGIO

Hakan (nombre ficticio) tiene 30 años y es originario de Turquía. Cruzó la frontera canadiense por Hemmingford a finales de febrero. Actualmente se encuentra alojado en una residencia de la organización cristiana YMCA, de Montreal, sitio donde pernoctan muchos de los solicitantes de refugio que no cuentan con familia en la ciudad o que carecen de recursos económicos para pagarse una morada.

Accede a hablar unos minutos: "Volé de Estambul a Nueva York. Luego tomé un autobús y un taxi para llegar a los límites con Hemmingford. La policía me detuvo al cruzar la frontera.”

La costumbre dicta que cuando una persona ingresa ilegalmente a otro país, su principal objetivo es no ser detectada por las autoridades. Pero la situación que se vive al pasar al lado canadiense de la frontera desde territorio estadounidense es distinta por una razón específica.

Pocos meses después de los atentados del 11 de septiembre, ambos países firmaron un tratado llamado Acuerdo sobre Tercer País Seguro. En éste queda estipulada la imposibilidad de que un ciudadano no estadounidense solicite refugio en un puesto fronterizo canadiense debido a que podría hacerlo en Estados Unidos, considerado un país seguro. Sin embargo, si el individuo cruza la frontera de Canadá de forma ilegal, será detenido pero podrá tener una audiencia con un juez para pedir el estatus de refugiado, en virtud de la carta canadiense de derechos y libertades. Es por ello que las personas que cruzan la frontera bajo esta modalidad buscan ser detenidas.

Una vez que la Policía Montada de Canadá realiza la detención, el individuo es conducido a un centro donde se le identificará e interrogará. En el caso de Hemmingford, el centro más cercano está a cuatro kilómetros, en la garita de Saint-Bernard-de-Lacolle. Posteriormente, la persona quedará en libertad y tendrá una fecha de audiencia con un juez para decidir su situación migratoria, teniendo que demostrar cabalmente que requiere de la protección del gobierno canadiense para obtener el estatus de refugiado.

AUMENTAN SOLICITUDES

El cruce ilegal de la frontera canadiense desde Estados Unidos se ha presentado sobre todo en puntos de la Columbia Británica, Manitoba y Quebec, aunque la provincia francófona lidera las cifras, con Hemmingford como el paso más frecuentado.

Durante los meses de la campaña a la Presidencia de Estados Unidos y luego de la victoria de Donald Trump, varios estadounidenses anunciaron su deseo de mudarse a Canadá. Este éxodo no se ha dado. Son más bien ciudadanos de otros países los que han atravesado la frontera de forma ilegal.

De acuerdo con datos de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá, en 2015 fueron presentadas 319 solicitudes de refugio en la Columbia Británica y 562 en 2016. En Manitoba, la cifra anual pasó de 285 a 515. Quebec es la provincia que ha presentado un mayor aumento: de mil 54 casos en 2015 a 2 mil 537 en 2016.

Estas cifras tuvieron un incremento considerable a finales de 2016 y principios de 2017. Prueba de ello es que en diciembre de 2015, 20 personas cruzaron ilegalmente la frontera por dicha provincia y 305 lo hicieron en diciembre de 2016; en enero de 2016, 134 individuos pasaron hacia el norte, mientras que en enero de 2017 fueron 452.

Camille Habel, portavoz de la Policía Montada de Canadá, informa a Proceso que la mayoría de las personas que han ingresado a territorio canadiense de forma ilegal en los últimos meses han viajado desde otros países a Estados Unidos, por medio de una visa de turista o de estudios, aunque con la intención de penetrar poco tiempo después en Canadá. También se han dado casos de gente que ha solicitado refugio a las autoridades estadounidenses, pero que decidió cruzar ilegalmente al lado canadiense antes de esperar el veredicto.

‘LISTA NEGRA’

Las personas que han atravesado la frontera en los últimos meses provienen principalmente de Somalia, Yemen, Siria, Sudán, Turquía y Eritrea. Apenas 20 minutos después de que la sudanesa pasara de Mooers a Hemmingford con sus hijos, otro taxi se detuvo en el lado estadounidense del camino Roxham. Un individuo de aproximadamente 50 años descendió del vehículo con pasaporte en mano. "Soy ciudadano sirio y necesito la protección del gobierno de Canadá”, gritó antes de ingresar a suelo canadiense. Los agentes de la Policía Montada lo arrestaron segundos después.

Hakan comenta: "Decidí venir a Canadá por razones políticas. Es muy complicada la vida en mi país si uno se opone activamente al presidente Erdogan. Canadá era el destino que ansiaba. Buscar refugio en algunos países europeos o en Estados Unidos, ahora con Trump, no era una opción. Soy musulmán y la islamofobia ha aumentado terriblemente.”

Muchas de las personas que se han adentrado ilegalmente en Canadá son ciudadanos de varios de los países que aparecen en la "lista negra” de Trump para vetar su entrada a Estados Unidos (decisión frenada por un juez). A su vez, las cifras de estos cruces han aumentado significativamente desde finales del año pasado, cuando el millonario ganó la presidencia. Camille Habel, portavoz de la Policía Montada de Canadá, dice que su institución no considera que exista una correlación entre estos hechos; que es muy pronto para sacar conclusiones, aunque se preparan para todo tipo de escenarios.

La opinión de diversos organismos que trabajan directamente con refugiados va en otro sentido: mucha gente ha dejado de considerar a Estados Unidos un país seguro para solicitar refugio por las palabras y las acciones de Trump.