domingo, 11 de junio de 2017

Nueva afrenta a la democracia

11 junio 2017 | José Gil Ólmos | Proceso
Los en extremo desaseados comicios del domingo 4 en Coahuila y en el Estado de México unieron de manera coyuntural a partidos de ideologías en apariencia irreconciliables, principalmente al PAN y a Morena, que, documentos en mano, consideran fraudulentas las elecciones en ambas entidades. Lo que ya se perfila como un amplio frente político para denunciar y llevar a tribunales las trapacerías de sendos procesos electorales exhibe una vez más la vena corrupta del PRI y de sus aliados en todos los niveles de gobierno.
CIUDAD DE MÉXICO (Apro).- Fraude y elección de Estado son los términos que utiliza el consejero del Instituto Nacional Electoral (INE) para el Estado de México, Bernardo Barranco, al referirse a la polémica jornada electoral del domingo 4 en esa entidad.

En la tierra del presidente Enrique Peña Nieto, dice, la estrategia se fraguó en connivencia con los tres niveles de gobierno, cuyos operadores recurrieron a todo para controlar el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), amenazaron a los contendientes de la oposición y recurrieron a las campañas negras, así como a la sustitución de 5 mil funcionarios de casilla el día de la votación y a la manipulación de las actas.

Ese modus operandi, sostiene, estuvo en acción durante todo el proceso electoral para hacer ganar a la fuerza al candidato del PRI, Alfredo del Mazo Maza. "Hubo un conjunto de viejas acciones que han sido reactivadas. Siguen presentes en la práctica electoral y son solapadas por los institutos electorales”, afirma Barranco, quien ha sido consejero electoral del Estado de México en distintos momentos desde 2009: en los comicios en los cuales obtuvieron la gubernatura Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila. Ahora, como consejero representante del INE, siguió la campaña del también priísta Del Mazo.

A la luz de las controversias generadas por una jornada electoral plagada de irregularidades, expresa su desencanto y reitera: "(Hubo) prácticas fraudulentas por parte del Estado, como la politización de los programas sociales, la compra y coacción del voto, las amenazas a consejeros electorales y levantones de funcionarios de casilla. Fue una campaña sucia contra Delfina Gómez. Todo eso incidió en el ánimo ciudadano y en el resultado electoral.”

LA ‘LÓGICA DEL MAPACHEO’

En el Estado de México, las elecciones han sido controladas por las autoridades mexiquenses por medio del Instituto Electoral, un instrumento que históricamente utilizan para administrar, dirigir y orientar a los partidos, candidatos y campañas políticas, comenta Barranco a Proceso.

Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde obtuvo su licenciatura en economía, y con una maestría en sociología del catolicismo contemporáneo cursada en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, Barranco abunda:

"Cuando los partidos políticos hablan de una elección de Estado, me provoca una sensación de insuficiencia. Es una expresión que dice todo y no dice nada; incluso puede desorientar. Pero cuando se dice elección de Estado en los comicios mexiquenses estamos hablando de la transformación o transfiguración del aparato de gobierno en aparato electoral muy poderoso y aceitado, con mucho dinero, recursos y estructura.”

Para Barranco, el proceso electoral mexiquense del domingo 4 tuvo cosas muy novedosas y, como llamó la atención en el ámbito nacional, se inhibió la acción abierta del gobierno de Eruviel Ávila.

Sin embargo, aclara: "No quiere decir que no la hubo, pero no fue como antes, cuando se controlaba la prensa y había un riesgo calculado. Pero al convertirse en una elección tan visibilizada, se inhibió un tanto la actuación descarada de esa práctica fraudulenta y el gobierno (mexiquense) fue más discreto.”

Muy al principio del proceso electoral, dice, hubo "una invasión de funcionarios federales, pero se retiraron cuando fueron cuestionados; pero la estructura del gobierno estatal y la de los municipios actuaron de manera fuerte. 

"Al acercarse la jornada electoral —cuando las encuestas mostraron una competencia cerrada— se aceleraron las estrategias y se endurecieron las acciones: campañas negras contra de Delfina Gómez, y sobre todo la intimidación a los funcionarios de casilla y los levantones.” 

Eso, puntualiza el consejero, le preocupó mucho.

El sábado 3 por la noche, cuenta, proliferaron las amenazas telefónicas a consejeros y funcionarios de casilla; estrategia que tuvo sus resultados, pues el día de la votación hubo por lo menos una sustitución en 3 mil 808 casillas. En total fueron 5 mil 386 cambios emergentes, lo que equivale al 7.23%, si se considera que en total eran 74 mil 400 los funcionarios.

De esos 5 mil 386 ciudadanos sustituidos de última hora 19 eran presidentes de casilla, 398 secretarios, mil 465 escrutadores y 3 mil 504 escrutadores segundos. Es mucho, insiste Barranco, "porque pueden incidir en esa lógica del mapacheo”.

Todas estas amenazas se concentraron en Ecatepec, Atizapán, Tlalnepantla, Ixtapaluca y Zumpango, los municipios con mayor número de votantes. 

"Fue una acción concertada —subraya. A mí me mentaron la madre; a otros les dijeron que no fueran (a las casillas) porque les iba a ir muy mal; además, se difundió propaganda con los logos del IEEM en la que se advertía sobre una presunta balacera, dejaron cabezas de cochino cerca de algunas casillas, hubo levantones y una presencia intimidante de la policía. 

"Todos éstos son factores que, se quiera o no, inhibieron la participación plena de la ciudadanía.” 

Barranco insiste: la pregunta es si hubo fraude. Y la respuesta es: "Hubo un conjunto de viejas acciones que han sido reactivadas y que siguen presentes en la práctica electoral y que son solapadas por los institutos electorales.” 

‘EL PECADO ORIGINAL’ DEL IEEM

El consejero electoral conoce los entresijos del IEEM como pocos. Sabe de los beneficios que obtienen los funcionarios por los miles de millones de pesos que les autorizaron para los comicios recién concluidos y de las vinculaciones políticas de los consejeros. 

El presidente del órgano electoral, Pedro Zamudio, por ejemplo, entró al instituto por su relación con el ex gobernador Arturo Montiel; el secretario ejecutivo, Francisco Javier López Corral, es muy cercano a Enrique Peña Nieto, y la consejera Guadalupe González Farfán tiene vínculos con el gobernador Ávila.

El consejero Saúl Mandujano fue magistrado supernumerario del Tribunal Electoral del Estado de México desde 2002; antes de ser consejero electoral se desempeñó como asesor de Margarita Favela cuando ella fungió como magistrada. Ahora, Favela es consejera del INE y juega una posición importante para el PRI por su cercanía con Peña Nieto y Eruviel Ávila.

A su vez, la consejera Natalia Pérez es gente del secretario ejecutivo general del IEEM, Francisco Javier López Corral, uno de los hombres de entera confianza de Ávila. 

Otro consejero, Miguel Ángel González, del PAN, viene de la corriente más criticada de su partido en el Estado de México, encabezado por Ulises Ramírez —uno de los integrantes del grupo Tlalnepan­tla—, muy cercano a los famosos Golden Boys, grupo al que pertenecieron Peña Nieto, Luis Videgaray y Aurelio Nuño.

En cuanto a la consejera Palmira Tapia, quien fuera asesora del consejero Benito Nacif, propuesto por el PAN, sufrió un cambio radical y ahora está más cercana a las posturas de los priístas en el IEEM. 

Con respecto al dinero que maneja el instituto —2 mil 701 millones de pesos, pese a que, de acuerdo con la reforma electoral de 2014, 70% de sus funciones se redujeron—, Barranco lo considera excesivo.

Y hace comparaciones con jornadas anteriores: "En los comicios en los que Peña Nieto ganó la gubernatura, el presupuesto fue de mil 750 millones de pesos; nos sobraron como 600 millones; en la de Ávila, la suma bajó a mil 600 millones. A pesar de eso se otorgó mucho dinero al IEEM, que fue manejado con mucha opacidad.”