miércoles, 16 de agosto de 2017

Reprueban el secretismo oficial

Carolina Gómez Mena
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de agosto de 2017, p. 15
En vísperas de que comience la renegociación del TLCAN, organizaciones campesinas, sociales, ambientalistas y sindicatos criticaron que el gobierno mexicano haya optado por el secretismo como estrategia de negociación y precisaron que no incluir a las agrupaciones sociales y agrarias que representan a los pequeños productores es una forma antidemocrática de abordar el asunto.
En conferencia de prensa, integrantes de la CNPA, Unorca, CCC, CIOAC JD-LD, Cocyp, del Movimiento Antiminero y de la Nueva Central de Trabajadores anunciaron que mañana, cuando arranca la renegociación, marcharán a las 16 horas desde el Ángel de la Independencia hasta la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde entregarán un escrito en el que exponen su inconformidad con la falta de transparencia del proceso y exponen las líneas y objetivos que se deberían buscar en la negociación.
Criticaron que sean casi los mismos actores políticos, que hace más de dos décadas encabezaron la negociación, los que ahora llevarán las riendas de las pláticas.
José Narro Céspedes, líder de la CNPA; Macario Hernández, coordinador general de la Unorca; José Jacobo Femat, dirigente de la Cocyp; Héctor de la Cueva, de la Nueva Central de Trabajadores; Luis Meneses Murillo, de la CIOAC JD-LD, y Julio Cervantes, de la CCC, entre otros señalaron que al gobierno sólo le interesa saber la opinión de los beneficiarios del TLCAN, que son unos cuantos grandes empresarios, y ha excluido a las organizaciones campesinas y sociales.
Es una burla la participación ciudadana mediante una supuesta consulta electrónica, dijeron.
Insistieron en que el apartado agropecuario debe sacarse del TLCAN, pero que en los negociadores prevalece la misma lógica del entreguismo.
Aparte, Francisco Gurría Treviño, coordinador general de Ganadería de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, aseguró que el sector lechero mexicano enfrenta la renegociación con un andamiaje mucho más robusto que hace 23 años, cuando se pactó el acuerdo.