miércoles, 27 de diciembre de 2017

Salario mínimo, cadáver / ¿Recuperación salarial? / Billete verde: 20.15 pesos

México SA / Carlos Fernández-Vega
Desde Los Pinos promueven los auto calificativos de presidente del empleo y del gobierno de la recuperación salarial. Ello, porque, en efecto, el número de plazas laborales generadas o formalizadas ha superado cualquier registro, aunque la calidad de las mismas deja muchísimo que desear. Y por el lado del ingreso, en la residencia oficial afirman que en cinco años el mini ingreso ha tenido una recuperación de 20 por ciento en términos reales, lo que, celebran, no es un ajuste menor. ¿Será?
Pues bien, el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM afirma que lo anterior es totalmente falso, y que las políticas neoliberales aplicadas al salario han dejado un saldo en el que le hacen falta horas al día para que, trabajando por un salario mínimo, alcance para comer. A quienes han permitido este avance, tanto entre empresarios, gobiernos, partidos políticos, direcciones sindicales sometidas a las patronales, nunca les interesaron las clases trabajadoras, ni su vida ni sus necesidades como seres humanos que somos.

Y en su más reciente análisis sobre la realidad nacional (México 2018: otra derrota social y política a las clases trabajadoras; los aumentos salariales que nacieron muertos), del que se toman los siguientes pasajes, el CAM detalla de qué se trata. Va pues.
A un año de concluir el sexenio de Enrique Peña Nieto se ha registrado una de las mayores pérdidas del poder adquisitivo de las últimas décadas. No obstante, él y otros funcionarios, como Basilio González Núñez, presidente de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), y Alfonso Navarrete Prida, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), se enorgullecen de ser los operadores y justificadores del despojo al celebrar los supuestos aumentos salariales, aumentos que nacieron muertos.
Enrique Peña Nieto menciona sobre el incremento al salario mínimo de 80.04 pesos a 88.36 pesos lo siguiente: celebro que la Conasami haya decidido incrementar el salario mínimo de 80.04 a 88.36 pesos. No se trata de un ajuste menor, sobre todo considerando que, al inicio de esta administración, hace prácticamente cinco años, el salario mínimo era de apenas 60 pesos. Con este aumento en los últimos cinco años el salario mínimo ha tenido una recuperación de 20 por ciento en términos reales; esto es, 45 por ciento en términos nominales, lo cual no había ocurrido hace más de 30 años.
Se trata, a todas luces, de una declaración totalmente fuera de la realidad. Vamos por partes: a grandes rasgos, el salario nominal es solamente su magnitud en pesos, mientras que el salario real es lo que se puede comprar con esa cantidad de dinero. Al primero de diciembre de 2012 el salario mínimo nominal era de 62.33 pesos mientras que para el primero de enero de 2018 el salario mínimo será 88.36, lo que arroja una diferencia de 41.8 por ciento. No sabemos de dónde pueden redondear mágicamente los otros 3.2 puntos porcentuales, además de que incluyen un salario que sólo se mantuvo un mes, al igual que incluyeron aumentos salariales que se aplicarían más de un mes después del discurso de Peña. Ni haciendo trampa les cuadran sus cuentas.
Ahora bien, respecto del salario real, es decir, lo que se puede comprar con el salario mínimo, utilizando la medición de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR), en el sexenio de Peña Nieto se ha perdido 13.42 por ciento del poder adquisitivo solamente hasta el 26 de octubre de 2017; esta pérdida ha sido de las más altas en los últimos sexenios. Lo anterior se puede corroborar en el siguiente cuadro, en el que se anotan los aumentos al salario mínimo y los aumentos a la CAR.
Si además del análisis en términos reales, es decir, en cuanto a poder adquisitivo, tomáramos como punto de partida el precio de la CAR al 16 de octubre de 2016 y comparamos los aumentos a la misma respecto del salario mínimo, pero medido en pesos, vemos claramente que dichos aumentos al salario mínimo nacieron muertos.
Para octubre de 2016 la CAR costaba 218.06 pesos y para octubre de 2017 trepó a 245.34 pesos; es decir, que tuvo un aumento de 27.28 pesos, lo que representa una variación de 12.5 por ciento, la variación anual más grande desde mediados de la década de los 90.
El aumento del salario mínimo para el mismo periodo fue de siete pesos. El incremento que ha anunciado el gobierno vanagloriándose de su eficiencia es de otros 8.32 pesos, esto quiere decir que, si sumamos ambos, el aumento de 2016 para 2017 y el éste para 2018, tenemos un total de 15.32 pesos, el cual regirá durante todo 2018. Sin embargo, el incremento de precios de la CAR ya se comió, en un solo año, la subida de los dos años al salario mínimo, e incluso una parte de lo que vayan a anunciar para 2019, si no es que todo.
En los varios años que se ha hecho la comparación de la CAR y el salario, sólo ha existido un momento en la historia de la clase trabajadora donde el salario permitía adquirir los alimentos recomendables y después de ello tener un sobrante: el 16 de diciembre de 1987 (hace 30 años), cuando con un salario mínimo alcanzaba para comer y hasta un poco más; es el momento en el que el salario pasa a la historia, ya que no ha existido la posibilidad de recuperar el poder adquisitivo de entonces.
La velocidad con la que crece el precio de la CAR es bastante rápida, ya que en casi dos años tuvo un incremento de 44.33 pesos, ya que en abril de 2015 su precio era de 201.01pesos y para octubre de 2017 245.34 pesos, mientras que en el salario apenas se pueden percibir los incrementos que ha tenido. En los mismos años el aumento ha sido minúsculo para el salario mínimo: no llega ni a 10 pesos.
Como parte de la precarización de las condiciones de vida de los trabajadores está el hecho de que cada vez tienen menos tiempo para realizar otras actividades que no sean laborar para apenas conseguir lo indispensable para vivir. Se trata del incremento desproporcionado del tiempo de trabajo (con respecto al ingreso real) necesario para poder comprar la CAR: en 1987 eran necesarias cuatro horas y 53 minutos para adquirirla, le restaban al trabajador 19 horas y 7 minutos para transportarse, comer, asearse, convivir con su familia, salir a pasear, dormir, etcétera. Para el 26 de octubre de 2017 el tiempo de trabajo necesario para comprar la CAR ha sobrepasado un día completo llegando por primera vez a 24 horas con 31 minutos.
Las rebanadas del pastel
Y para la cruda navideña, ayer el dólar se vendió (Banamex) a 20.15 pesitos.